HUEBRO: Por fin llegamos, y ahora …¿ Qué hacemos?
Lleguemos de dónde lleguemos, vayamos dónde vayamos después, una vez en Huebro
¿Qué podemos hacer?
Pues bien, además de darnos un baño en la balsa de La Zanja, saciar nuestra sed con el agua del manantial, visitar la Iglesia, pasear hasta el Castillo, curiosear las ruinas del primero de los molinos, sentarnos a hacer amigos en el banco de la plaza o intentar descifrar el enrevesado mensaje grabado en la piedra de la montaña “en no se sabe que idioma” por un conocido vecino del lugar, además y como el que no quiere la cosa podemos visitar a Enriqueta para que nos prepare una rica comida, si es que la numerosa afluencia de turistas que la reclaman ultimamente la deja el tiempo y alguna mesa libre para atendernos.
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