Se accede saliendo de Nijar, dirección Murcia, a la izquierda por una pista de Tierra paralela a la autovía delimitada por un cortijo y un aljibe circular. Es el nombre por el que se conoce al cerro del Hoyazo de Nijar.
El Hoyazo de Níjar, aunque con apariencia de caldera, corresponde a los restos de un edificio volcánico submarino, un domo de hace 6,2 millones de años, ahora casi desmantelado por la erosión y contorneado por un arrecife coralino. Las aguas superficiales han dado lugar a ese relieve circular dando salida al exterior a torrenteras, como el barranco de la Granatilla, que forman abanicos aluviales. En el fondo de los cauces se encuentran llamativos placeres en que se acumulan pequeños cristales del granate almandino, que aparece en forma de cristales en la roca volcánica, una dacita gris. Proceden éstos del basamento metamórfico disgregado por el magma ascendente durante la intrusión y por un proceso de alteración hidrotermal a baja temperatura. La meteorización ha liberado esos cristales de la masa de roca haciéndolos muy abundantes sobre la superficie del terreno. El centro de la gran depresión está ocupado por un agreste pitón de roca volcánica correspondiente a los restos del domo. Desde la altura del arrecife, es decir el borde del hoyazo se disfruta de una amplia vista tanto del interior de la depresión como de la llanura que, hacia el sur, se extiende hacia Cabo de Gata. Así lo podemos ver en el siguiente enlace donde aparece un video panorámico de la granatilla.
En el hoyazo de Nijar podemos encontrar granates cubriendo todo el terreno, como si de una alfombra de cuarzos preciosos y brillantes se tratara |
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